Nacidos de siglos de explotación del pastoreo (actividad que consiste en hacer pacer vastos espacios naturales por los animales de ganadería), los céspedes secos son unas extensiones de hierbas cortas salpicadas por pequeños arbustos.
Se llaman secos porque la roca caliza de la meseta calcárea no retiene el agua. Constituyen un elemento característico ineludible de nuestro territorio.
Un Poco de historia:
Antes de la sedentarización de los hombres, las Mesetas calcáreas de Quercy estaban cubiertas por bosques.
5 000 años antes de Jesús Cristo, los primeros agricultores comenzaron a desbrozarlas y la ganadería se extendió. Durante siglos, la práctica del pastoreo y la tala regular de árboles y de arbustos para las necesidades domésticas (calefacción, cocina) contribuyeron a la creación y al mantenimiento de estas superficies vastas de herbaje natural.
Pero desde hace un siglo, el pastoreo está desapareciendo en toda Europa y los céspedes secos sufren una regresión simultáneamente. Las Mesetas calcáreas de Quercy son uno de los últimos grandes conjuntos de céspedes secos de Francia y la oveja de la meseta es el principal artífice del mantenimiento de este medio.
Abandonados por los ganaderos, los céspedes secos tienden a evolucionar en el medio forestal, una situación difícilmente reversible.
Estos céspedes son también transformados a veces en cultivos. La trituración de las piedras y la labranza profunda del suelo transforman las condiciones naturales del medio.
La restauración de los céspedes secos, cuando es posible, se hace por desbrozo mecánico o manual, conservando setos y bosquecillos para que la fauna pueda encontrar los refugios necesarios para su supervivencia. En efecto, estos medios naturales albergan especies, raras en Francia y en Europa, completamente originales, que han sabido adaptarse a la aridez y al carácter calcáreo del suelo.