Saliendo de Labastide-Murat, de Cabrerets o de Figeac, el Parque le propone un itinerario que le conducirá a la meseta calcárea y a los valles de los ríos Vers, Sagne y Célé, al corazón de un fabulosa paleta de paisajes.
Cloître du prieuré d'Espagnac © PNRCQ
Acqueduc Gallo-romain à Vers © PNRCQ
Saint-Martin de Vers © PNRCQ
l’abbaye de Marcilhac-sur-Célé © P.Andlauer - PNRCQ
Labastide-Murat © J. Morel - PNRCQ
Salamndre tachetée © O. Marchal - PNRCQ
Le chateau des anglais à Brengues © P.Andlauer - PNRCQ
Pelouses sèches et brebis © PNRCQ
La vallée de la Sagne © CAUE 46
Un paisaje de mesetas calcáreas y valles.
El Parque se compone principalmente de mesetas calcáreas delimitadas por valles profundos bordeados de altos acantilados. A lo largo de los milenios, las Mesetas calcáreas de Quercy han visto su superficie corroída por la acción incesante del agua, formando dolinas, cañadas secas así como una multitud de grutas y de abismos. Entre pérdidas y resurgencias, el agua, invisible porque subterránea, abandona las mesetas calcáreas áridas para resurgir en el fondo de los valles.
Sobre la meseta calcárea, entre Espédaillac y Labastide-Murat
En el corazón del Parque se extiende el bosque mítico de Braunhie, región de leyendas. Alrededor, los paisajes se abren y ofrecen diferentes motivos: céspedes secos y encinares, muretes de piedra seca, lagos de St Namphaise, pueblos ricos en patrimonios religiosos, en casas fortificadas y en una bella arquitectura rural.
El valle del río Vers hasta St Martin de Vers
El pequeño y verde valle del río Vers jalonado de molinos alegra el borde de la meseta calcárea, donde un oppidum céltico, el oppidum de Murcens, domina un acueducto galorromano.
En medio del valle se levanta la silueta rechoncha del campanario de la iglesia de Saint-Martin-de-Vers que, como una torre domina las bellas casas de piedras ocres del pueblo.
El arroyo Sagne, de Sabadel-Lauzès en Cabrerets
El arroyo Sagne, alimentado principalmente por las aguas de lluvia, se desborda cuando hay tormentas o lluvias fuertes manteniendo así húmedas las praderas que lo bordean. Está clasificada Zona Natural de Interés Ecológico, florístico y faunístico (ZNIEFF) por la riqueza de su fauna y de su flora. Podemos encontrar numerosas plantas poco comunes entre las cuales el Mijo de flores verdosas, invertebrados como el Caballito del diablo así como coleópteros y anfibios como la salamandra moteada.
Remontando el valle del río Célé hacia Figeac
El río Célé ha esculpido firmes acantilados a los que se agarran refugios prehistóricos, los " castillos de los Ingleses " y hábitats semi-troglodíticos. Frecuentado desde hace al menos 25 000 años, este magnífico valle es frecuentado hoy en día por los peregrinos de Santiago, los paseantes náuticos y los pescadores. A lo largo del trayecto, tómese el tiempo de visitar los pueblos y de descubrir la riqueza del patrimonio arquitectónico, como la abadía de Marcilhac-sur-Célé o el priorato de Espagnac-Sainte-Eulalie.